La idea surgió en Nueva Zelanda y llegó a Uruguay gracias a dos inversionistas, uno cubano y otro español. La maquinaria para fabricar grandes bloques de hielo tuvo que ser importada desde España. Para unir estas frías estructuras se utiliza solamente agua y para colocarlos en las paredes se usan unas varillas de hierro que ni se ven. La gente solo puede ver el hielo.
En el bar encontramos esculturas de Don Quijote y el querido Benedetti, entre otros. Y si uno quiere hacer una fiesta privada de su empresa puede pedir las esculturas que desea, eso sí con un mes de anticipación para que los artistas puedan crearla. Los trabajadores y barman que trabajan en el bar usan vestimentas de cuero y se turnan cada 30 minutos para estar en la zona más fría.
El Hielo Bar ofrece whisky, vodka y ron pues son bebidas de graduación alcohólica alta. A olvidarse de la cerveza en este bar, pues se congelaría. ¿Vino? Tan solo en eventos que no duren más de dos horas, y no, nada de comida.
Los creadores, con una inversión de más de 200,000 y con propuestas ya para crear bares similares en Brasil y Argentina, esperan recibir además de muchos uruguayos al público de los cruceros y demás turistas. Un total de 18 dólares para tomarte un trago dentro de una especie de iglú a temperaturas bajo cero… ¿experiencia novedosa o tortura disfrazada?
Fuente:vidayestilo.terra.com.pe
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